lunes, 3 de diciembre de 2007

TENER-RETENER

Algunas veces se piensa que las mujeres a cierta edad se vuelven invisibles, que ya no somos protagonistas en la escena de la vida y nos volvemos inexistentes en el mundo y que sólo cabe el ímpetu de los años jóvenes.


Yo no sé si me habré vuelto inexistente para el mundo, tal vez, pero yo soy consciente de mi existencia y que realmente soy la protagonista de mi vida. Claro que no soy una princesa de un cuento de hadas pero he descubierto al ser humano que sencillamente soy, con mis miserias y mis grandezas. He descubierto que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos y de tener debilidades, de equivocarme, de no poder responder a las expectativas de los demás pero a pesar de eso me quiero mucho y lo más importante soy consciente de que no puedo ser perfecta.


Ahora cuando me miro al espejo ya no veo ni busco a la que fui en el pasado sino que sonrío a la que realmente soy hoy, me alegro de todo el camino que he andado y de mis contracciones. Siento que debo saludar a la niña, a la joven que fui con cariño, pero no puedo retenerla a mi lado con sus mundos de fantasías, de ilusiones, su ignorancia, eso a quedado atrás.


¡Es tan corta la vida y el oficio de vivirla es tan difícil! que cuando uno empieza a aprenderlo ya hay que morirse. Tardamos mucho en madurar y en darnos cuenta que las realidades más grandes y más bellas se tienen cuando menos las poseemos y menos se retienen.


Si queremos tener el mar tenemos que contemplarlo, abrir las manos en sus aguas y todo el mar estará en ellas, por otro lado si cerramos las manos para tenerlo, las manos se quedarán vacías. Si quieres tener el viento tenemos que extender los brazos y abrir las manos y todo el viento será tuyo porque si queremos retenerlo nos quedamos sin nada. Pues lo mismo pasa con un amigo peregrino, dejarlo marchar y lo tendremos, porque si lo retenemos para poseerlo lo estaremos perdiendo y tendremos un prisionero. Si queremos tener a nuestro hijo, hay que dejarlo crecer, dejarlo partir y que se aleje, cuando regrese habrá madurado, en cambio si lo tienes poseído lo perderemos para siempre. Si quieres tener la luz del sol abre los ojos porque si los cierras para retenerla te quedaras a oscuras. Por lo tanto si queremos tener el gozo de TENER nos tenemos que liberar le las manía de POSEER Y RETENER.