jueves, 8 de noviembre de 2007

Escribo este cuento para que al leerlo nos demos cuenta de lo importante que puede llegar a ser una verdadera amistad.

Un hombre, un caballo y su perro iban por una carretera cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados, pero el hombre no se dio cuenta de que había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales (a veces los muertos andan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición...)

La carrera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso y ellos estaban sudados y sedientos.

En una curva del camino vieron un magnifico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro. El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entablo con él, el siguiente dialogo:

- Buenos días.

- Buenos días (respondió el guardián)

- Como se llama este lugar tan bonito.

- Esto es el Cielo.

- ¡Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos!

- Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera. Y el guardián señalo la fuente.

- Pero mi caballo y mi perro también tienen sed.....

- Lo siento mucho, -Dijo el guardián- pero aquí no se permite la entrada a los animales.

El hombre se levanto con gran disgusto puesto que tenía muchísima sed pero no pensaba beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante.

Después de caminar un buen rato hacia arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de arboles...

A la sombra de uno de esos arboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero, posiblemente dormía.

- Buenos días -Dijo el caminante-

- El hombre respondió con un gesto de cabeza.

- Tenemos mucha sed mi caballo, mi perro y yo.

- Hay una fuente entre aquellas rocas -Dijo el hombre indicando el lugar- Podéis beber toda el agua como queráis.

El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed.

El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.

- Podéis volver siempre que queráis, -Le respondió éste.

- A propósito ¿cómo se llama este lugar?, -Preguntó el hombre.

- Cielo

- ¿Cielo? pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo.

- Aquello no era el Cielo era el Infierno, -Contestó el guardián.

El caminante quedó perplejo.

- Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre, esta información falsa debe provocar grandes confusiones, -Advirtió el caminante.

- De ninguna manera, -Increpó el hombre. En realidad nos hace un gran favor porque allí quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos...

Jamás abandones a tus verdaderos amigos porque:

- Hacer un amigo es una GRACIA
- Tener un amigo es un DON
- Conservar a un amigo es una VIRTUD
- Y ser tú amigo es un HONOR

( Paulo Coelho.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Menudo Cuento! Me gusta, los amigos verdaderos son muy pocos en la vida, tan pocos pocos que con los dedos de una sola mano, casi sobran dedos.
Yo tengo algunos-as de los buenos, y los cuido cada día como el mejor tesoro, a veces les puedo poner algún traspiés, pero ... a conservarlos.

Y fuera de los humanos, el Caballo, el perro... cuando conectas con ellos, son de lo mejorcito. Yo con mis perros me conecto, tengo una Complicidad que con pocos humanos tengo, por eso les cuido también todo lo que puedo.

Hacer un amigo es una GRACIA

- Tener un amigo es un DON
- Conservar a un amigo es una VIRTUD

- Y SER TU AMIGO ES UN HONOR.

Saludos.